Hoy en día el usuario de una aplicación paga por una licencia que le permite instalarla en su ordenador para hacer de ella un uso personal.
Sin embargo un mundo sin licencias de software, algo que parecía lejanísimo y casi imposible, tal vez esté a la vuelta de la esquina.
El software de pago surgió en los años setenta porque antes se consideraban como un valor agregado propio de los ordenadores. El negocio estaba en el hardware. Los programadores compartían y se ayudaban en su trabajo sobre programas y sistemas operativos.
La sociedad mercantil lleva pronto, a mitad de los años ochenta, con la llegada del ordenador personal a un modelo en el que se paga por licencias restrictivas de uso y no de propiedad del producto, esto permitió la acumulación de enormes fortunas, el gran negocio es el software y no el hardware.
Desde hace mucho tiempo se auguraba el final de este modelo, pero ante el manejo de inmensas fortunas por licencias parecía igualmente una idea absurda y descabellada. Acostumbrados a pagar por los programas, y a pagar bastante, parece absurdo la idea de un mundo basado en el software gratuito.
Pero el viejo sueño de un mundo sin licencias de software, algo que parecía tan lejano, puede estar más cerca de lo que el usuario corriente imagina.
La publicación de correos electrónicos privados entre Bill Gates y uno de sus ejecutivos de más alto nivel, Ray Ozzie, en los que se comenta la idea de mudarse al mundo del software gratuito, en donde el negocio de producir aplicaciones se financiaría con publicidad y no con el pago de licencias por parte de los usuario, así lo hace pensar.
Ya antes Microsoft había anunciado públicamente que tendrá versiones de Office y Windows para usar en línea, sin instalar en el PC, incluyendo una versión básica gratis soportada por publicidad.
Pero Microsoft hizo algo aún más audaz: donó algunos paquetes de código al mundo Open Source. La compañía de Gates, que amasó su fortuna vendiendo software, ha dado pequeños pasos hacia el modelo del software libre. No es que ya mañana tendremos un Windows Open Source y que la gigantesca compañía va a modificar de raíz su propia historia de negocios; pero como hábiles empresarios que son, sus más altos ejecutivos han comenzado a considerar las nuevas tendencias del mercado y, pagar por productos de Microsoft podría ser cada vez menos atractivo.
Para algunos defensores del Software Libre, la gente no tiene por qué pagar por un producto cultural que es patrimonio de toda la sociedad; otros consideran que se debe pagar, pero que ese pago tendría que otorgar derechos sobre el software sin tantas restricciones como las licencias actuales.
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